martes, 28 de agosto de 2012

destrompre

...y si pudieron, se pudrieron sin refleccionar sobre lo ocurrido.
Mientras todo se movia en torno a sus ojos, se regocijaba en su cerebro la idea de una orquesta -sin sonidos- al ritmo de sus tambores y falsas tompetas.

SÍ, al ritmo de todos esos tambores y falsas trompetas se azotaban las maquinarias y sus circuitos en un fuego azul.

No hay comentarios: