Frío y palma, mi pigricia es un nativo participe de un sólido y fuerte éter.
Pulso y algo, tu falsia sonrrisa no nos desea más que un quejoso estremecimiento de brazos.
¿mientes? y tropiezas, nuestra lapidaria noche titubea en algunas voces
Gritos y puertas, mis calles callan y nuestros pies no pisan mas que posas desangradas
Florece mientras más nos revolcamos en algunas miradas, en algunos típicos comentarios, Florece nuestro temor, nuestro odio, nuestro rencor.
Ya hacian silenciados los fusiles, las calles ya se veian vacias y nuestro ancho presente ficcionado por gente, no nos muestran nada màs ni nada menos que
la mayoria de veces las CallesCallan
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